Ya no lo aguantaba más, llevaba dos horas encerrada en mi
cuarto. Tras la llamada habíamos venido a casa, Ana había conseguido quedarse
con los niños en la casa de su novio y nuestros padres estaban toda la semana
en el bar por una fiesta privada o algo así. Roberto me había obligado a venir con él sin
ninguna pregunta, encerrarme en mi cuarto y no hacer nada pero ya estaba de los
nervios, por mucho que él dijese que tenia algo planeado, que no me metiera o
que todo saldría bien yo quería hacer algo y saber más de las cosas.
Entré en su habitación sin tocar en la puerta, no estaba. Fui
al cuarto de baño, tampoco. Al final lo encontré en la cocina. Había comprado
comida y estaba preparando algo.
-¿Cómo puedes estar tan tranquilo? ¡Tenemos que hacer algo! Los
han secuestrado y yo no aguanto más el estar sin hacer nada. ¡Explícame las
cosas o salgo yo a buscarlo!- dije mientras le pegaba una patada a una silla y
hacia de chica dura a la que no le dolía.
Roberto rodó los ojos al verme pero al final habló- Hulk, por
mucho que le pegues patadas a las sillas o corras en busca de nada no
conseguirás encontrarla, bueno a todos. Te lo explicaré pero ayúdame ha hacer
la cena, sabes que siempre me relaja hacer algo con las manos- dijo mientras
cortaba apio. En momentos como este veía raro que el mismo chico que cocinaba, escribía
y tocaba así, fuera el mismo camello, imbécil y raro. Bueno en realidad no era
tan raro, Alexia era igual, un segundo motivo para que estuvieran juntos.
- Haber, como sabrás Dougie conoce a algunos policías, por
lo de que en su familia ha sido una especie de tradición que trabajen en eso. Al igual que sus padres, También han venido a
España un tío y un primo suyo. Estado hablando con el primo, se llama Greg. Le conté lo que estaba pasando
ya que no podíamos hablar con la policía,
iba a venir hoy a decirnos a Dougie y a mi lo que había averiguado. Nos pidió
que no volviéramos a contactar con él, por lo que no sabe que Dougie está
secuestrado. Vendrá dentro de una hora. Le podemos contar lo que sabemos ahora
y entre los tres ver que hacer. ¿Contenta con mi plan o vas a salir corriendo?
-Creo que por ahora vale, dame que ya pongo yo la mesa.
Comimos en silencio, sn ninguna broma de nuestra parte casi
al terminar llegó Greg. Le contamos lo que había pasado nada más llegar, sin
tiempo a que nos dijera lo suyo.
-Chicos, Elvira está claro que no es la jefa del grupo. Si África,
yo también admito que es una ¿cómo has dicho, arpía sin escrúpulos a la que te gustaría
arrancarle todos los pelos del cuerpo uno a uno y después dejarla colgada
bocabajo?
-Eso mismo- contesté yo.
- Pues si, yo también lo pienso. Pero en realidad ella no
manda. Lo siento Roberto, pero Elvira es la hijastra de un hombre que está
relacionado con la mafia rusa. Este hombre al parecer lleva un tiempo
intentando conseguir el monopolio de la venta ilegal de armas blancas y venta
de mujeres por esta parte del país.
-Joder, macho nos estamos metiendo en algo que ni en una
peli.
-Seamos serios África- dijo Roberto por mi comentario- ¿Qué tiene
que ver eso con nosotros? Por mucho que sea mi hijastra no formaría un
secuestro por una pelea de crios, ni dejaría que chantajeara a la gente.
-si, aunque delincuentes, todos tenemos nuestros principios.
Por ejemplo en la cárcel los que son asesinos de niños son a los que antes intentan
matar o violar- seguí yo.
- ya lo se, pero déjame explicarte. El tío este lo hace por
algo, como tu dices tiene principios. Para hacerse con todo el poder, necesita
ayuda. Esa ayuda se la dan los ricos. La gente que tiene dinero, tiene poder. Si
un empresario tiene poder el puede darle alguna dejarle tías vírgenes para que
se las folle o regalarle lo que le de la gana a cambio de que el otro mueva los
hilos para dejarle hacer lo que quiera. Seguramente haya policías incluso
metidos de por medio, quien sabe. Sin acreditación no puedo saber nada más.
- Dios- dije mientras mi cara se ponía algo blanca imaginándome
cosas que podrían ocurrir.
-Lo siento, quizás esto sea algo fuerte de digerir, pero
ahora solo podemos pensar en un lugar en el que estén para sacarlos o en alguna
forma en la que podamos no culparos de las cosas. Si están relacionados con policías
y vamos a por ellos nos echarán pruebas encima que hagan que nosotros nos
jodamos y ellos se libren.
- Jajajajajajajaja. ¡¡Soy un extraterrestre de Venus que
baila al ritmo de jazz y come regaliz verde!!
-¿Qué hace? Le preguntó Greg a Roberto alucinado mientras yo
salía de la cocina y me metía en mi habitación.
Muchas cosas estaban pasando estos días y a mi me dejaban
tan alucinada que solo podía pensar que
todo lo que ocurría a mi alrededor era un sueño más raro de lo normal. Es por
eso que me fui de esa forma. Si era un sueño pronto me despertaría o todo
cambiaria, no podía ser verdad pero para mi desgracia me pellizque en los
mofletes y los brazos y me miré las manos; también podía recordarlo todo. Dicen
que en los sueños no se puede, por lo que me di por vencida y esperé tumbada en
la cama mientras ponía “dive bella dive”.
Pero no, no podía quedarme ahí plantada como una pasmarota
dejando la suerte de los chicos corre. ¿Por qué había querido salir de mi
cuarto? Para ayudar a Alexia y a los demás. Yo no era una princesita de cuento
que esperaba que los problemas se
solucionaran para luego casarme con mi príncipe y pasarme el día entre bailes,
cenas y concursos de belleza. Esto era la vida real y al parecer en ella, había
que sufrir para conseguir las cosas. Había que ganarse el pan con el sudor de
la frente. Ver y conocer lo insospechado y dejar de distraerte y fliparlo para
centrarte y hacer lo que tienes que hacer.
Me levanté de la cama quité la música e iba a abrir la
puerta cuando Roberto entró haciendo que casi nos chocáramos.
-África ¿estás bien?, si, estupenda, vamos a planear el
mejor modo de que todo salga bien. Siento lo de antes.
-No te preocupes, he hablado con Greg y creo que tenemos un
plan
- ¿Te apuntas?- me dijo Greg tras contármelo
- Eso está claro, si lo conseguimos podremos trabajar
perfectamente de policías- dije yo al escucharlo.
- De policía nada, yo hago un best seller con esto – dijo Roberto.
-bueno, chicos ¿algo más que decir antes de empezar?- siguió
Greg.
- Si-dije- sincronicemos los relojes.